jueves, 6 de diciembre de 2012

Emociones.

Cobardes. Sois unos cobardes. Cerrados en vuestras tristes existencias, en vuestros cánones y pautas a seguir para llevar una vida normal. Normal. Esa palabra me repugna.
Teméis y despreciáis a quienes saben lo que tienen, a los que no quieren perder ni un segundo, a los que no ahogan sus sentimientos.
Estáis dormidos.
¿Quién elige caminar pasando desapercibido pudiendo volar?
Vosotros mismos os cortasteis las alas, y no os dolió, porque vivís anestesiados.
Os reís de los que gritan, de los que lloran, de los que aman. Odiáis las emociones.
Y yo, con toda mi fuerza, os odio a vosotros.
Porque yo grito, lloro y amo. Yo sé lo que es sentir. Yo vivo de verdad.
Y vosotros sólo me dais falsas mentiras, emociones amortiguadas que se deshacen como ceniza.
Casi lo conseguisteis. Golpe a golpe, por poco me robáis mi ilusión.
Pero no podéis conmigo. Nadie puede.

Yo salto y nadie me alcanza, yo quiero comprender la realidad, quiero romper con la fuerza de un grito vuestras tristes barreras.
Quiero daros alas, quiero abriros los ojos, quiero que viváis como yo.
Sé que sois incapaces de comprender
Sé que mis palabras pasarán desapercibidas.
Y vuestras tristes vidas pasarán, sin pena ni gloria como los coches bajo mi ventana.
No me digáis que algo falla en mi cabeza, yo soy libre aunque tratéis de imponerme vuestros barrotes.
El fallo está en vuestras mentes.
Aunque seáis mayoría no tenéis razón.
Recordadlo, porque yo no voy a ser olvidada.



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